Microrrelato con predicativo:
Estaba ordenando mi habitación el domingo por la tarde, cuando al abrir el cajón de la mesilla encontré ilusionada el diario de mi infancia que me hizo despertar de aquel terrible sueño en el que estaba sumergida.
Microrrelato con perífrasis:
Abrí la puerta de mi casa, tenía que marcharme a compar bolígrafos. Pero de pronto ví como la puerta se cerraba delante de mí y los bolígrafos estaban en mi mano.
Microrrelato libre:
Ilusionada, animada, iba de camino al autobús, pero cuando llegué, ya no estaba. Pegué un salto y aparecí en un asiento del autobús.
ELISABET
11 de abril de 2010
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¿Magia? Hay que darle vuelta a los finales para hacerlos más imprevisibles. Es complicado, pero hay que intentarlo.
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