Predicativo
Lo único que guardaba en aquel viejo cajón era su retrato. Aquella noche lo saqué, lo miré detenidamente, y al recordar su pérdida una lágrima acarició triste mi mejilla. El fuego dibujó su rostro, y al igual que la rabia con mi corazón, las llamas consumieron la imagen.
Perífrasis
Todo era espléndido y maravilloso: estaba con las personas perfectas, en el lugar idóneo, la comida ideal... "Este va a ser el mejor día de mi vida", pensaba. Entonces se dio cuenta... era un simple observador
7 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

Los dos tienen miga y llaman la atención. Te falta el libre.
ResponderEliminar