Cuando abrí emocionada mi caja morada, encontré todas aquellas cosas que había utilizado años antes para jugar, y que me hicieron recordar todo lo que he disfrutado con ellas. Las cogí, y, después de observarlas y recordarlas una a una, las tiré a la basura. Ya tenía demasiados trastos.
PerífrasisIba caminando por la acera. Miré a un lado y al otro, y cuando estaba a punto de cruzar la calle, apareció aquel coche. Iba tan deprisa que casi no me dio tiempo ni a reaccionar. Faltó muy poco.
LibreSiempre íbamos a la misma playa. El mismo lugar, con las mismas personas, la misma habitación… Todo lo mismo. Como siempre, bajamos al bar del final de la calle, y allí estaba el mismo camarero que años atrás. Recuerdo tener apenas cuatro años, y ya lo conocía ahí, detrás de aquella barra. Como de costumbre, al ser el primer día nos invitó al aperitivo y nos dio una charla idéntica a la de los demás años. Más tarde fuimos al mismo centro comercial, a lo de siempre, comprar unas toallas nuevas y algunas cosas para bajar a la playa. Yo me quedé atascada mirando un escaparate. Pensé. Tantos años y todavía no había encontrado nada interesante que hacer. Sin decir nada, me fui hasta la estación de trenes y me marché a mi casa. Estaba cansada de aquella rutina.

Me ha gustado el final del libre, aunque demasiado negativo
ResponderEliminarEl microrrelato libre es un poco largo, pero tiene su gracia. Los otros dos también enganchan.
ResponderEliminar